domingo, 5 de abril de 2015

¿FUTURO CANDIDATO DEL SISTEMA?

KROSTY WERMUS: OTRO PAYASO JUDIO DEL SISTEMA
 Nada nos sorprende ya del Sistema. Posiblemente ya esté vislumbrando el fracaso de la alternancia con estos personajes iguales unos que otros. Posiblemente empollen uno novedoso para futuras oportunidades en un escenario de fracaso total de los grupos políticos tradicionales e intenten lo que algunos creían imposible. Este interesante artículo de una pagina de Internet de la izquierda, nos muestra a Horacio Wermus (a) Jorge Altamira, lavando sus pecados bolcheviques de antaño en en las jordanicas aguas de la universidad de Harvard en EEUU. Posiblemente el día de mañana nos encontremos con un nuevo PODEMOS. Otro mamarracho mas fabricado por el régimen y extraído de la inagotable cantera de la izquierda marxista:Para que los burgueses y las señoras gordas se escandalicen y la derecha funcional hable de marxismo, guerrillas y revoluciones sangrientas futuras. Nosotros adelantamos que se trata de otra fantochada mas como el fracasado kirchnerismo, con el que este sistema nos ha dividido y manipulado como nunca evitando cualquier opción peligrosa para él. La operación se barruntaba desde que el trostkismo es abanderado virulento de todas las políticas que el Poder Mundial quiere imponer en cultura: aborto, homofilia,temática de genero, feminismo radical etc. Predicaban y presionaban por la agenda cultural capitalista con una pancarta del Che al tope. La Voltereta de Wermus no es del todo sorprendente. De a poco se saca la careta.

"La confesión de Altamira en Harvard

Jorge Altamira anduvo por la Universidad de Harvard, donde dio una conferencia y socializó con estudiantes y docentes. Al tratarse del máximo dirigente de la “izquierda” argentina en visita a la principal universidad de los Estados Unidos, esto podría constituir en sí una contradicción, al menos desde cierto punto de vista que considera toda que toda izquierda debe ser antiimperialista.
Pero lo que aquí se quiere discutir no es esa contradicción, que es solo aparente. Lo más importante de lo expresado por Altamira a los estudiantes de Harvard es una confesión, de las que confirman lo que hace mucho se viene denunciando en este espacio: el trotskismo no es de izquierda, sino de derecha; es la expresión política del neoliberalismo, pero con retórica socialista y envase de color rojo.
Es posible que, al estar tan lejos de la Patria y tan cerca del Imperio, a Altamira le hayan faltado los filtros, tan necesarios en la actividad política; o simplemente quizá ya no le importe blanquearse a esta altura de su vida. Sea como fuere, esto es lo que dijo Altamira en los EE.UU.:
“(…) nosotros somos antiestatistas. Y esto es interesante porque todo el mundo piensa ‘si son de izquierda, son estatistas’. No. La izquierda o el marxismo tienen por finalidad la abolición del Estado. Somos más liberales que los liberales norteamericanos.”
Más allá de semejante interpretación finalista del marxismo (que omite todo lo que está en el medio, o sea, el propio marxismo) estas declaraciones suscitan las siguientes preguntas: ¿quién podría ser más liberal que los liberales yanquis? ¿Quién, en todo el arco político, podría desear más que la derecha liberal de los EE.UU. la destrucción del Estado nacional? Solo hay en el mercado dos corrientes que expresen dicha ideología: el anarcocapitalismo, por una parte, y por otra el neoliberalismo.
El anarcocapitalista no suele participar en el juego democrático político más que de una manera marginal y, en algunos casos, oscura. Por su propia naturaleza anárquica, no suele agruparse en partidos ni participar en elecciones. Un famoso activista de dicha ideología es principal socio capitalista y dueño de Facebook, el escurridizo Peter Thiel. Sí, el poder fáctico.
No, Altamira y el trotskismo no son del palo de Peter Thiel. Están organizados en un partido relativamente estable (todo lo estable que pueden llegar a ser los trotskistas) e incluso participan en elecciones, aunque sin mucho éxito. Altamira y sus secuaces son en realidad neoliberales porque persiguen un Estado mínimo, un Estado que conserve apenas sus fuerzas de manutención del orden y de la propiedad privada, es decir, los aparatos de policía, y nada más. Todo lo demás, para los trotskistas, debería regularse por la “mano invisible” del mercado.

¿Por qué quieren eso? Porque para el trotskismo la revolución solo es posible si es un acto desesperado, si es un manotazo de ahogado. El “cuanto peor, mejor” enunciado por Lenin para describir el escenario revolucionario ideal en la Rusia de 1917, en la opinión de los trotskistas, debe aplicarse en todo tiempo y lugar. Esa “izquierda boba del todo o nada” piensa que en un régimen neoliberal extremo, de total polarización de clases (una pequeña mayoría concentrando toda la riqueza y todos los demás en la más absoluta miseria), el pueblo, muerto de hambre, desesperado y sin nada que perder, se levantaría heroicamente y haría la revolución redentora de manera espontánea, estableciendo de una vez y para siempre el comunismo final sin Estado ni clases. El sustrato antipolítico y cristiano de esta concepción podría discutirse en otro artículo.
Esta es la razón por la que el trotskismo se siente más cómodo con gobiernos de derecha que con gobiernos de izquierda y populares: el progreso sostenido de las clases trabajadores, sus conquistas políticas en el tiempo y su movilidad social ascendente van alejando a los pueblos del “cuanto peor, mejor” y, por lo tanto, del escenario revolucionario soñado por los trotskistas. Ellos se sienten más cómodos en el menemismo que en el kirchnerismo, en una palabra.
Así es como, finalmente, la “extrema izquierda” empalma en el arco político con la extrema derecha: ambas tienen por objetivo el fracaso de las clases populares. La Revolución bolchevique (que resultó luego en el mayor proyecto político de la historia, la Unión Soviética) ocurrió hace ya casi un siglo y tuvo lugar en Rusia. Pretender que esas mismas condiciones se repitan en la Argentina del año 2015 es algo que únicamente puede concebir un trotskista neoliberal. Ya es hora de madurar y dejar de llamar “izquierda” a estos muchachos. "
 http://www.labatallacultural.org/

NOTA NUESTRA: No es cierta la afirmaci{on de que el anarcoliberalismo no este organizado. Lo esta en EEUU y a nivel mundial. Aqui tambien lo está con el denominado Liberalismo Libertario que en un futuro ajedrez de alternancia trucha y dialectica inducida, podria ser el "enemigo" de los trostkistas capitalistas argentinos. Tampoco nos olvidemos que los denominados neocon norteamericanos, belicitas, sionistas y partidarios de un virulento neoliberalismo y que secundaran a Bush en sus aventuras genocidas era provenientes del trostkismo. Para leer sobre el anarcoliberalismo vease:
 http://redpatrioticargentina.blogspot.com.ar/2012/09/liberal-libertatio.html

1 comentario:

Alan Argento dijo...

No hay muchas diferencias entre troskos y PRO: están casi todos con esto del aborto y la visibilidad de las lesbianas, la mayoría de ellas gordas más que visibles y a kilómetros de distancia...